Lo que siento por ti es desolación por saberte ausente en un estado de suyo indeterminado. Solo categorizo porque es también indefensión, soledad y tristeza. Es también culpa por dejarte ir ingenuamente, por lo nuevo, por demostrarme a mí mismo que la excepción a veces genera reglas. Tonto de pacotilla. Y si ahora racionalizo esSigue leyendo «El ladrón»