El natalicio de Jesucristo que estamos por celebrar es un acontecimiento que nos obliga a poner la vista en valores a veces olvidados por la prisa de los días: el amor, la vida y la esperanza, entre otros. Centrémonos en ellos para sacarles provecho y estimular rectificaciones personales si fuera necesario (evidentemente, esto aplica particularmenteSigue leyendo «Ya, pero todavía no»