El año que termina ha sido cuanto menos irregular. No estábamos acostumbrados a las circunstancias en que estuvimos envueltos. Eso provocó quizá en la mayoría, desasosiego y estrés. Los pocos estoicos soportaron las privaciones por carácter, capacidad de adaptación y hasta por resignación. Posiblemente los más exitosos hayan sido los que ya vivían de maneraSigue leyendo «Del año anómalo al año incierto»