Es casi un milagro, al menos desde mi propia historia, ver fotos de infancia. Ya sea porque las condiciones económicas no permitían tener una cámara o por desinterés de los adultos de la época, esos registros son raros. Y, sin embargo, acabo de recibir una foto en la que aparezco con ocho años. Me veoSigue leyendo «Fotos y algo más»